¿Puede la geomática ir más allá del análisis técnico y convertirse en una herramienta de impacto social y ambiental? Esta es la pregunta que abordamos con Claudio Badilla, jefe del Área de Geomática de ORBE Ambiental & Legal. Aunque la labor de esta área suele centrarse en el levantamiento de datos científicos para la protección y estudio del medioambiente, en el proyecto Bosques de Bolsillo su equipo ha tenido la oportunidad de integrar conocimiento técnico con la regeneración urbana y el trabajo directo con las comunidades, demostrando que la tecnología también puede sembrar cambios reales en los territorios.
¿Cuál es el objetivo principal del proyecto “Bosques de Bolsillo”?
El programa Bosques de Bolsillo, impulsado por el Gobierno de Santiago, busca recuperar y regenerar espacios urbanos a través de la creación de pequeñas áreas verdes de alta densidad vegetal, utilizando el método Miyawaki. Este método permite establecer ecosistemas nativos resilientes en poco tiempo, con una alta capacidad de captura de CO₂, regulación térmica y aumento de biodiversidad. El objetivo es plantar 100.000 especies nativas en diferentes comunas de la Región Metropolitana, generando una red de refugios climáticos que contribuyan al bienestar de las comunidades urbanas.
¿Cómo contribuye la geomática al éxito del proyecto?
Desde el área de Geomática, nos encargamos de la georreferenciación precisa de todos los terrenos involucrados, generalmente desde vértices oficiales del IGM. Esto permite trabajar en un sistema coordenado común y confiable, transversal a todas las disciplinas del proyecto: ambiental, arquitectónica, civil, ingeniería y gubernamental. Somos usualmente la primera línea de acción, visitando el terreno antes de cualquier intervención, capturando las características del relieve, uso actual del suelo y elementos existentes. Esta información es clave para planificar correctamente y minimizar impactos, optimizando la ejecución y conservación de los bosques.
¿Qué técnicas de fotogrametría se utilizan para estudiar los lugares de plantación?
El NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada) es una técnica basada en el análisis del espectro infrarrojo cercano, que permite evaluar la salud y densidad de la vegetación. A esto se suma el uso del NDWI (Índice de Humedad de Vegetación), útil para identificar zonas con buena disponibilidad de agua o humedad en el suelo.
Utilizamos drones con cámaras multiespectrales para realizar vuelos fotogramétricos que nos permiten generar ortomosaicos, modelos digitales del terreno y análisis multitemporales. Esto facilita una planificación estratégica de plantación según el estado actual de la vegetación y permite realizar seguimientos para evaluar la efectividad del método Miyawaki a lo largo del tiempo.
El NDWI es un índice usado en geomática para detectar cuerpos de agua en imágenes satelitales, combinando bandas del verde y el infrarrojo cercano. Se aplica en estudios medioambientales para delimitar zonas acuáticas, monitorear cambios en humedales y detectar inundaciones o sequías.
¿Cuáles son los beneficios de la fotogrametría? ¿Qué asegura el proyecto al tener la participación de su área en este proyecto?
La fotogrametría permite capturar el territorio en alta resolución, generando modelos 3D, curvas de nivel, mapas de cobertura vegetal y ortofotos georreferenciadas. Estos productos aseguran una base técnica sólida para el diseño del bosque y la integración con otras disciplinas.
Nuestra participación garantiza una lectura objetiva del terreno, identificación de conflictos y una base cartográfica precisa que reduce errores, tiempos y costos en las etapas de diseño y ejecución.
¿Se podría monitorear cambios en la temperatura y el impacto ambiental después de la plantación desde el área?
Sí, es posible y está en nuestros planes. A través de fotogrametría térmica, podríamos realizar vuelos antes y después de la ejecución de los bosques para comparar temperaturas superficiales. Esto permitiría medir el efecto isla de calor y validar la capacidad del bosque para reducir temperaturas locales. Aunque aún estamos en etapa de desarrollo, esta tecnología promete ser un indicador cuantificable del impacto ambiental positivo de los Bosques de Bolsillo.
¿Cuáles son las lecciones aprendidas de este proyecto y qué impacto crees que tenga el trabajo del área en el proyecto a futuro?
Una gran lección ha sido el valor de la geomática como herramienta integradora entre lo técnico, lo ambiental y lo social. No solo generamos mapas y modelos, también podemos influir positivamente en la comunidad y la biodiversidad.
Un ejemplo concreto fue en el proyecto de Renca, donde identificamos madrigueras de Grammostola rosea, conocida como araña pollito chilena, durante el levantamiento con GNSS. Toda esa información fue reportada y permitió ajustar el diseño de senderos y obras civiles para proteger estas especies nativas.
La Grammostola rosea es una especie de tarántula chilena de color marrón o rosado, conocida por su carácter dócil. Habita en zonas áridas y semiáridas del norte y centro de Chile, especialmente en matorrales y áreas desérticas.
A futuro, la geomática puede incluir más variables sociales, educativas y ambientales, involucrando a vecinos en la lectura del territorio y fomentando el cuidado de estos nuevos bosques urbanos desde su origen. Esto sería muy satisfactorio sumarlo a las acciones que lleva a cabo el área humana de comunidades de ORBE, que codiseñan los bosques junto a los vecinos.
Conoce más de los servicios del Área Geomática en el sitio web de ORBE Ambienta & Legal.

Héctor San Martin
Periodista