En un avance significativo para la protección del medio ambiente, el diario oficial anunció hoy la publicación de una norma que busca salvaguardar las turberas, un ecosistema vital que se extiende principalmente entre las regiones de La Araucanía y Magallanes.

Las turberas, que representan entre el 50% y el 70% de los humedales del mundo, son reconocidas por su contribución inestimable a la salud del planeta. Estos ecosistemas únicos ofrecen una serie de servicios ecosistémicos esenciales, entre los que se incluyen:

1. Almacenamiento y purificación de las aguas lluvias: Las turberas actúan como esponjas naturales, absorbiendo y almacenando grandes cantidades de agua de lluvia y liberándola lentamente a lo largo del tiempo. Este proceso ayuda a prevenir inundaciones y garantiza un suministro constante de agua limpia.
2. Biodiversidad única: Las turberas son hogar de una amplia variedad de especies de plantas y animales, muchas de las cuales no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Esta biodiversidad única contribuye a la salud general del ecosistema y ofrece oportunidades para la investigación científica.
3. Secuestro y sumidero de carbono: Las turberas desempeñan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático, ya que son capaces de almacenar grandes cantidades de carbono. Al hacerlo, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático y contribuyen a la adaptación a este fenómeno global.

La nueva norma busca proteger estos ecosistemas vitales prohibiendo la extracción de la turba en todo el territorio nacional. Además, establece un plan de manejo para el uso sostenible del musgo “Sphagnum magellanicum”, comúnmente conocido como pompón, que se encuentra en la superficie de la turbera.

La tramitación de esta norma contó con el apoyo del Comité Científico, que asesoró la discusión parlamentaria durante la Comisión Mixta. Este apoyo experto fue fundamental para sentar las bases que permitieron a los legisladores alcanzar un acuerdo sobre la protección de las turberas.

Este es un paso importante en la protección de nuestros ecosistemas y en la lucha contra el cambio climático. La norma demuestra el compromiso de nuestro país con la conservación del medio ambiente y la sostenibilidad para las generaciones futuras.