Recomendaciones como cerrar la llave cuando no se usa, duchas más breves y reutilización consciente del agua están marcando pauta en Chile, país fuertemente golpeado por el cambio climático y la escasez hídrica. Según la ONU, Chile se encuentra entre los diez países más vulnerables al cambio climático, con una sequía que afecta diversas zonas desde hace 14 años.

Un estudio reciente indica un cambio de actitud, evidenciado en un consumo de agua potable un tercio menor que hace 25 años. Las cifras de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) muestran una caída del 30% en el consumo promedio por cliente en los últimos 25 años.

Este cambio se refleja también en la Región Metropolitana, donde el consumo per cápita ha disminuido un 25% en dos décadas y un 16.5% en la última década. La presidenta de Andess, Lorena Schmitt, atribuye esta reducción a una mayor conciencia ambiental, alimentada por la crisis del agua y el impacto del cambio climático.

A pesar de los desafíos climáticos, las empresas sanitarias han implementado proyectos e infraestructuras para garantizar el suministro. La calidad del agua potable en Chile es destacada, con estándares de excelencia y seguridad según Schmitt.

El conocimiento sobre la crisis hídrica es cada vez más relevante para los chilenos, aunque un estudio revela que la mayoría siente que no tiene suficiente información al respecto. La conciencia sobre el problema del agua está presente, pero la necesidad de educación y concientización persiste.

Por su parte, Schmitt agregó que en su organización son “enfáticos y responsables en decir que tomar agua potable en Chile es sano y es seguro para la salud. El agua que producen las empresas sanitarias chilenas es apta para el consumo humano y para todo uso doméstico habitual”.

Fuente: Andess